Etimológicamente, la palabra “historia” deriva
del latín (historĭa) y de la raíz griega (ἱστορία) definida como la
narración, descripción, investigación de los acontecimientos históricos humanos
pretéritos y relacionada con el verbo griego que significa observar.
De ahí que en
Herodoto tuviera el sentido de indagación, averiguación e investigación y desde
el principio la palabra pasó a tener dos significados:
A.
Las acciones humanas del pasado en sí mismas.
B.
La indagación y el relato sobre dichas acciones humanas.
En un principio la
“Historia” consistía en la narración de los hechos, sin que el historiador
teorizara sobre ellos, algo imprescindible hoy día, pues en la teoría radica el
avance del conocimiento histórico. Sin una preparación teórica y una práctica
metodológica aplicada no puede producirse conocimiento histórico.
Ortega y Gasset propuso otro término
“historiología”-ciencia de la historia- pero el término se encajaba en el
contexto general del pensamiento Orteguiano y no es aplicable a toda la
historiografía. El trabajo del historiador no se basa en acumular información
sino en formular preguntas y plantear respuestas ajustadas.
Karla Abril Ramirez Morales
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